Por: CHRISTIAN ESPINOSA FRAGOSO
Un gol que nunca olvidará Israel Castro, en aquel entonces lateral por derecha de Pumas, ahora contención de Cruz Azul y de la Selección Nacional. Fue en Agosto de 2004, cuando la Universidad Nacional -comandada por Hugo Sánchez- pisó el terreno de juego de la casa del Real Madrid para disputar el trofeo "Santiago Bernabéu". Los merengues, con un equipo con algunos jóvenes que desde luego ya no están como: Soldado, Mejía, Juanfran y Paredes, cobijados por las estrellas de aquel momento: Beckham, Owen, Figo y Zidane le hacían los honores a los entonces llamados "Galácticos del Pedregal". Los felinos hicieron un gran partido, que comenzó con algunos destellos madridistas pero fueron bien controlados por Verón, Beltrán y compañía. Fue al minuto 70 del tiempo corrido cuando el número 5 universitario recibió un cambio de juego del "Parejita" López, avanzó y después de apoyarse con un compañero, metió un tremendo disparo de tres dedos que curveó de manera sorprendente y batió al guardameta César. Un gol que la afición puma gritó y disfrutó al por mayor, un gol hermoso, un gol para recordar.
Un gol que nunca olvidará Israel Castro, en aquel entonces lateral por derecha de Pumas, ahora contención de Cruz Azul y de la Selección Nacional. Fue en Agosto de 2004, cuando la Universidad Nacional -comandada por Hugo Sánchez- pisó el terreno de juego de la casa del Real Madrid para disputar el trofeo "Santiago Bernabéu". Los merengues, con un equipo con algunos jóvenes que desde luego ya no están como: Soldado, Mejía, Juanfran y Paredes, cobijados por las estrellas de aquel momento: Beckham, Owen, Figo y Zidane le hacían los honores a los entonces llamados "Galácticos del Pedregal". Los felinos hicieron un gran partido, que comenzó con algunos destellos madridistas pero fueron bien controlados por Verón, Beltrán y compañía. Fue al minuto 70 del tiempo corrido cuando el número 5 universitario recibió un cambio de juego del "Parejita" López, avanzó y después de apoyarse con un compañero, metió un tremendo disparo de tres dedos que curveó de manera sorprendente y batió al guardameta César. Un gol que la afición puma gritó y disfrutó al por mayor, un gol hermoso, un gol para recordar.
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