Fútbol sin compromisos

Ha caído el campeón.

Tras la eliminación del F.C. Barcelona en Champions a manos del Chelsea, aunado al descalabro sufrido en la liga frente al Real Madrid he escuchado comentarios como: “la era del gran Barcelona llega a su fin", "el Barcelona ya no da para más"; y en el peor de los casos que "el gran Barcelona de Pep Guardiola se acabó". Amén de lo radicales, someros y ácidos que resultan estos comentarios de gente apasionada por este bello deporte, me parece una rotunda aberración si quiera pensar en que el Barcelona pasa por mal momento. Si analizamos ambos partidos tenemos que los blaugrana dominaron ambos juegos, el estilo característico del toque y movimiento, el sello técnico y preciso siempre imperó en el juego contra los merengues del pasado Sábado. Es verdad que el equipo no fue tan profundo ni tan certero en la ultima zona y que el estratega del Real Madrid planteó un juego muy inteligente, sin dejar de lado, la peligrosidad y contundencia de los jugadores madridistas. Es importante señalar que esta vez el planteamiento de Pep no fue el idóneo, pero no se ha señalado que sin jugar con algún delantero nominal se le ha competido a un cuadro poderoso, tampoco se ha señalado que el entrenador de los catalanes se la jugó, arriesgó y mantuvo siempre una formación ofensiva, sin temor, y confiando en sus jugadores. ¿Quién sería capaz de jugarle al Madrid con un 3-4-3? Así mismo, y pese a las ausencias del once inicial culé, vi a un Barcelona competitivo, audaz y sobretodo y disculpen la insistencia respetando su propio estilo. Contra los ingleses, observé a unos catalanes incisivos y con un mejor trato de balón en comparación al clásico perdido en el Nou Camp, cierto falló Messi, falló Valdés, el entendimiento de la línea defensiva, erró Cesc, Inesta y Xavi, y a los canteranos les cobró factura la juventud coma a Cuenca y a Tello, pero también se tocó la puerta rival con frecuencia, se trató la pelota con la pausa y con la velocidad de siempre. Debemos tomar en cuenta que el fútbol es un juego de circunstancia, de aciertos y de errores, y que los dirigidos por Pep Guardiola manejen una filosofía de juego desde hace más de tres años, y ello es de aplaudirse, más allá que hoy se hayan quedado sin liga y sin Champions. El pedestal en donde se les edificó es tan alto que esta derrota ha alarmado a muchos, pero también ha dejado tranquilos a otros cuanto porque es aun más grande la clase, las formas y la calidad de fútbol que este equipo ofrece. Perder en el fútbol es preocupante cuando no hay un argumento ni un lenguaje que se plasme y se palpe en una cancha, estar en mal momento es cuando no ejecutas algo nítido y conciso sobre el césped, y en el caso del F.C. Barcelona, los argumentos sobran y se exponen al aficionado, y la calidad del equipo es más que tangible desde todos los ángulos con los que se observe.