lunes, 21 de mayo de 2012

La final del Clausura 2012: ¡¡Santos campeón!!


El torneo número 87 de la era profesional del fútbol mexicano ha llegado a su fin. Santos Laguna ha escrito una nueva página dorada en su historia, tras coronarse campeón del presente certamen. Luego de haber dominado la competencia en su fase regular, se hizo justicia al ser coronado el equipo más consistente del semestre. Repasemos lo que nos dejó la final de este Clausura 2012.

Monterrey 1-1 Santos: Los de Torreón tuvieron la oportunidad de sacar una importantísima ventaja en cancha ajena, pero al final Rayados supo alcanzarlos. Las huestes visitantes anularon de manera efectiva el poderío ofensivo por varios momentos; aunque Monterrey supo crear oportunidades en la portería defendida por Oswaldo Sánchez. La algarabía de las tribunas con el paso de los minutos fue paulatinamente transformándose en drama y tensión, al ver cómo la carencia de variantes terminó por nulificar cualquier esfuerzo regio. Incluso al minuto 16 Peralta arrancó en un fuera de lugar -no sancionado- y se encontró mano a mano con Jonathan Orozco, pero el portero le hizo una entrada temeraria y le sacó la pelota, sin que se marcara una falta que reclamó todo el bando guerrero y que dejó a Oribe con la boca ensangrentada. La primera parte pudo terminar con ventaja lagunera, mas un gol de Baloy en tiro de esquina fue anulado por una falta previa. El segundo lapso presentó a un Monterrey ansioso de encontrar la ventaja como local que le permitiera un poco de tranquilidad de cara a la vuelta, por lo que los disparos de media distancia fueron un recurso muy empleado por los locales, pero sin fructificar. Al minuto 70 apareció la magia y el talento, cuando un pase preciso de Marc Crosas fue bien recibido por Oribe, quien sin pensarlo sacó un disparo que se anidó en el fondo de la portería de Orozco. Por más intentos que Rayados siguió generando, no se veía por donde, mas una falta irresponsable de Falipe Baloy sobre “Chupete” Suazo provocó un penal agónico que le permitió a los regiomontanos respirar con cierta tranquilidad, pensando ya en el partido de vuelta.





Santos 2-1 Monterrey: El encuentro de vuelta fue de lo mejor que hemos visto en toda la liguilla. Monterrey no escatimó esfuerzos y desde el minuto 1 salieron a presionar la salida del rival y a generar ocasiones de peligro, pero al minuto 5 los albiverdes se hicieron presentes en el marcador: la acción comenzó con balón perdido inocentemente por Walter Ayoví –quien por cierto estuvo irreconocible anoche- que desembocó en una entrada rabiosa al área regia por parte de Darwin Quintero quien cedió el balón a Ludueña y éste, tras una serie de recortes, pudo batir la meta de Jonathan Orozco y convertir el TSM en una sucursal de la algarabía y la locura. A partir de ese momento las jugadas a balón parado fueron el arma principal de los visitantes, pero el mal tino y las coberturas perfectas de la escuadra santista mantuvieron viva la ventaja de los locales. El resto de la primera mitad fue un encuentro de mucho roce, ríspido y que por momentos pareció que las cosas habrían salido de control, pero no pasó a mayores. Para el segundo tiempo el monterrey no escatimó esfuerzos y sumó a toda su gente de ataque en el territorio lagunero, con el fin de que alguien encontrara una oportunidad para empatar, aún y cuando perdieron el control en la media cancha, situación que fue bien aprovechada por los guerreros, quienes buscaron ser pacientes y definir el encuentro -y el campeonato- con base en contragolpes. Cuando más insistía el conjunto dirigido por Vucetich, una gran combinación en los linderos del área entre Ludueña y Peralta culminó con éste último firmando la segunda anotación, esa que ya dejaba en el TSM un olor a victoria, a destierro de fantasmas, a una nueva estrella. Minutos más tarde el héroe del equipo saldría de cambio por una lesión en la pierna izquierda. Santos todavía pudo hacer más abultado el marcador, pero una jugada que daba la impresión de ser la tercera diana fue anulada –de manera correcta- en medio de la confusión que provocó el tiempo que tardó el silbante García Orozco para marcar una falta. Por si faltaba dramatismo, Aldo de Nigris marcó a menos de 15 minutos para el final, aunque para esos momentos Rayados ya atacaba con más corazón que con orden e ideas futbolísticas. Los minutos parecían eternos para la afición local, quienes pudieron festejar en cuanto el silbatazo final se escuchó, en una noche inolvidable para toda la gente involucrada alrededor del club Santos Laguna.





¿El gol? Sin duda el primero de la serie, ese zapatazo impresionante de Oribe, digno de un crack. Ojalá mantenga el nivel que ha mostrado en el último año.
¿La figura? El ataque Santista: Ludueña, Peralta y Quintero fungieron como líderes, se cargaron al equipo al hombro y supieron lidiar con su responsabilidad  en los momentos en los que fueron requeridos, exigidos.
¿El error? Felipe Baloy y su barrida en las postrimerías del encuentro de ida, que permitió a Rayados tomar oxígeno gracias al penal bien cobrado por Suazo.
¿El detalle? El “pasillo” que los jugadores de monterrey le hicieron a los campeones al momento de que éstos pasaron a recibir sus medallas y el trofeo. Un gesto noble, digno de un gran equipo.


Santos Laguna ha vuelto a ser el protagonista de una nueva batalla épica, es un nuevo caso de superlíder que logra coronarse, vencieron esas lánguidas sombras de tiempos recientes, prueban que la continuidad en los proyectos tarde o temprano rinde frutos y, en suma, son un merecidísimo y dignísimo campeón de nuestro balompié. Enhorabuena y muchas felicidades a todos quienes conforman el gran grupo que anoche tocó la cima del firmamento futbolístico local. 

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