Por Christian Espinosa Fragoso
Nos sorprende estar en lo más bajo, en la lona, en una
situación vergonzosa en la cual todos opinamos, todos creemos tener los
argumentos para diagnosticar qué es lo que está mal; culpamos con
severidad las ineptitudes y estupideces
de los dueños, mentamos madres a los jugadores cuando meses o semanas atrás los
idolatramos y damos todo por una firma de “x” o “y” seleccionado, hablamos del
parado del equipo e incluso nos atrevemos a criticar los sistemas de juego, que
si un técnico tiene carácter o no, que si ése fulanito es más motivador o que
si perenganito es un Técnico de club y no de selección; de acuerdo señores,
nuestro fútbol está repleto de mierda, de marranadas, de intereses, de decisiones
absurdas, de dueños pudientes pero que no sienten el fútbol como un aficionado
común y corriente como tú y como yo; pero no le busquemos más argumentos a algo
con lo que siempre hemos vivido: ésta es nuestra cotidianeidad en nuestro fútbol
y es en realidad el lugar que merecemos. Sí, para todos los que directa o
indirectamente se benefician del fútbol, al aficionado y a los grandes
consorcios el no ir al mundial es una catástrofe anímica -y sobre todo- monetaria,
pero por mucho que haya llegado Miguel Herrera o aunque se trajeran a Guardiola
¿qué diablos vamos a hacer en el mundial? sin un proyecto, con procesos
derrumbados y con jugadores sobrevalorados, con directivos intocables, con
dueños ineptos y con un estado anímico y futbolístico por los suelos.
Los rostros del "proceso" 2010-2014 |
2. Jugadores
sobrevalorados: Nos creímos (porque no podemos decir que nos lo hicieron
creer, porque nosotros como aficionados somos comparsas de lo que nos venden) lo que
nos dijeron: que teníamos la mejor generación de la historia en 2005 con el
primer título sub 17 y ahora me pregunto: ¿en dónde está? ¿cuántos futbolistas
se consolidaron?, se ganó otro mundial infantil y solo Fierro es titular
indiscutible hoy en día en el Guadalajara. Logramos la gloria en Londres 2012,
¿pero qué ha pasado? ¿A qué se deben las bajas de juego de Chatón, de Fabián, de
Vidrio, de Herrera? Sí, tenemos jugadores de calidad, pero de eso a que tengamos
una mina de oro en cuestión de talento estamos muy equivocados. ¿Cuántos
jugadores de primera calidad venden al mercado europeo Brasil, Argentina,
Colombia, Ecuador? Muchos más que nosotros.
De nuestros jugadores que radican
en Europa ¿quién la está rompiendo? Un defensa central y otro que por
cuestiones absurdas no desea representar a su país. Entonces ¿somos una
generación que vale lo que los medios dicen? ¡Por supuesto que no! estamos a muchos
años de estar en la cúspide de calidad del fútbol mundial.
¿Cuántos creativos “10” tenemos en México? ¿Cuántos goleadores? Contaditos con
una mano, mientras que otras selecciones nos dan lo que les sobra para
naturalizarlos, ésa es nuestra realidad; tenemos buenos futbolistas, cada vez
mejor preparados, cada vez con mayor fogueo infantil y juvenil, pero aún con
los vicios de la recomendación y el compadrazgo... y lo más absurdo es que
queremos que el "Chicharito" haga lo que Messi, o que el odiado Layún ahora sea un
lateral tan fino como fue Maldini o tan veloz como lo fue Cafú, cuando era un
“petardo” para el respetable y para la
prensa y ahora es un jugador de selección. Estamos fritos con jugadores que no
tienen actividad, sin gente que marque diferencia, con una base de jugadores
incierta, con jugadores que no han respondido, con naturalizados que no hacen
ningún eco positivo ¿a qué diablos vamos a la copa del mundo?
3. Las “vacas
sagradas” son los Directivos: Aquí y en China los máximos responsables de
cualquier organización son los dirigentes. Se tardaron en despedir al Chepo,
corren al que ponen como “bombero” al primer partido; se anuncia con bombo y
platillo a Vucetich y de igual forma lo echan por los malos resultados; después
de tres graves errores, después de darse cuenta que los partidos moleros no
sirven para ni madres, después de tener a una federación llena de millones de
dólares y siendo deportivamente una selección de cuarta (lugar de CONCACAF)
siguen al frente del equipo. Justino debe largarse junto con la gente que puso
a dirigir las Selecciones Nacionales, pero qué le saben o qué favorcitos le
deben a Azcárraga a Salinas Pliego, a Vergara,
a Jesús Martínez y su Grupo Pachuca. Lamentablemente estamos bajo el
yugo de una, o dos o tres magnates que hacen lo que quieren con el fútbol. Mientras eso pase no habrá técnico, metodología, jugadores, ni liga que pueda
catapultar a México. Con un sistema amañado, con las formas tan
denigrantes que vimos en el despido de
Vucetich y con los mismos directivos y magnates. ¿Ya se les olvido a todos los
de memoria corta que el pasado proceso mundialista también fue sufrido? ¿No
recuerdan que Vuoso con un cabezazo ante Canadá nos metió al hexagonal final,
no recuerdan que Aguirre también llegó de bombero? ¿Y quiénes eran los
directivos? Los mismos hijos de… Con directivos de esa calaña ¿a qué diablos
vamos a la Copa del Mundo?
4. Preparación
mental: Decimos que tenemos la generación de oro, ¿y qué mentalidad tienen
esos jugadores? Ante este momento de crisis es más que claro lo rebasados
que están los futbolistas, la diminuta confianza que hay en sí, para muestra el
garrafal error del Chicharito y el penal errado, el error de Reyes contra
Honduras, las declaraciones tibias de jugadores, la nula reacción ante la
adversidad. Un equipo sin respuesta y sin poder mental, ¿a qué diablos va a la
copa del mundo?
5. “La culpa no es
del Indio sino del que lo hace compadre”: Tenemos “payasos” como
comentaristas, tenemos una prensa que infla los momentos de gloria, que nos
vende al Tri de mi corazón, a la selección azteca, nos dice que nos pongamos la
verde, que llenemos los estadios y que creamos en un negocio turbio, desleal y
marrano. Ahora que las cosas están por los suelos juegan al análisis y se ven
preocupados, cuando ellos mismos saben
los pormenores de las cosas. Pero hasta que llegue el día en que nosotros le
demos la espalda -no a México- sino ha todos esos puercos de pantalón largo que
manejan a su antojo una industria; no consumiendo la liga, dejando de ir a los
estadios, denunciando, dejando de apoyar al equipo que sube a Primera como
Veracruz, comprando una franquicia. Aunque Nueva Zelanda nos gane el boleto esto
no va a cambiar, esto sólo va a cambiar si nosotros aficionados nos ponemos
broncos, si dejamos de ser fieles y conformistas con el producto que se nos
entrega, y si dejamos de tragarnos lo que las televisoras quieren.
Somos tan
mediocres que queremos que vaya México con una selección de cuarta, con una
Selección que ha sido rebasada por rivales inferiores en infraestructura,
porque en calidad ya se demostró durante 10 partidos y en términos reales que
estamos muy por debajo de ellos. Siendo cuartos de la CONCACAF ¿A qué diablos
vamos a la copa del mundo?
¿A qué diablos vamos a mundial? Buen título para una pregunta que tenemos desde Uruguay 1930 sin contestar. Pregunta en donde más de la mitad de las selecciones nacionales que ya aseguraron boleto deben de hacerse, ¿a qué va Costa Rica al mundial? ¿A qué va Bélgica? ¿A qué va Japón? Claro que no a ganarlo, ese derecho está reservado a un puñado de elegidos, a los de siempre. No, no me imagino a Colombia en ese grupo, de hecho me la imaginó con un final similar a EUA '94 cuando se pensaba que por pegarle 5-0 a Argentina en el Monumental los hacia parte de la élite y no pasaron de la fase de grupos.
ResponderEliminar¿A qué va México a los mundiales? A tratar de competir y quedar por ahí del 15° o 11° lugar, a ser un equipo de relleno que dé algo de color al evento. Igual aspiración que tiene nuestro adversario -y ahora salvador- Estados Unidos; mientras que las poderosisimas Costa Rica y Honduras van a ver su acaso ganan un puntito.
Si creen que siendo eliminados por Nueva Zelanda todos los males históricos del fútbol mexicano morirán... entonces no vio el desenlace de Haití, Honduras o los cachirules.
No tanto, creer que todo lo malo desaparecá de golpe o por una acción concreta es utópico; aunque es una nueva oportunidad para finalmente levantarnos y aprender ahora sí el camino, después de cualquier cantidad de tropiezos anteriores. A ver si ahora sí despertamos y la aprovechamos.
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