Por: Antonio Tranquilino
Uno de los ejemplos más desprovistos de humildad se vivió en Estocolmo, cuando después de 3 goles, velocidad y fortaleza atlética CR7 le dijo a todo un país entero: “se quedan, yo voy”; y me pone triste, no por el hecho de que -como a la mitad de los pamboleros del mundo- me caiga mal el lusitano, sino porque uno de los artistas del gol mas fascinantes de la historia se pierde en su mejor momento la oportunidad de escribir su leyenda alrededor de la copa del Mundo, Zlatan Ibrahimovic.
Uno de los ejemplos más desprovistos de humildad se vivió en Estocolmo, cuando después de 3 goles, velocidad y fortaleza atlética CR7 le dijo a todo un país entero: “se quedan, yo voy”; y me pone triste, no por el hecho de que -como a la mitad de los pamboleros del mundo- me caiga mal el lusitano, sino porque uno de los artistas del gol mas fascinantes de la historia se pierde en su mejor momento la oportunidad de escribir su leyenda alrededor de la copa del Mundo, Zlatan Ibrahimovic.
Si analizamos a fondo los goles, Portugal mostró un oficio cultural alrededor del fútbol, los servicios a CR7 fueron precisos y al espacio, recortando posibilidades de rebotes defensivos... los suecos no son eso, si bien sabemos que son grandes científicos, académicos y políticos (no olvidemos a Olof Palme), su fútbol no es tan natural como el luso, nadie pudo estar de la misma manera surtiendo balones para Zlatan como los que CR7 recibió en sus pies.
Sin desacreditar a CR7, su fútbol es preciso, maquinado, estructural y ordenado; pero por mismas razones no hay una búsqueda estética en cómo va a pasar la pelota por la red como la tiene “Ibra”, la historia nos ha enseñado que hay muchos jugadores que son maquinas efectivas y que lo ganan todo jugando hermoso, y hay otros que quizás no sean tan efectivos, o físicamente impecables pero que su preocupación por la estética del gol es imperante, y sus goles nos ponen a llorar de felicidad.
Y así como el poeta andariego escribiendo en servilletas y el virtuoso guitarrista de taberna buscando la aceptación del amor imposible, Los Artistas del gol aparecen por la vida, desaparecen, ganan, pierden, se fracturan y quizas no acaban sus carreras a tiempo, van por la vida dictando el canon apreciativo que sobrepasa las estadísticas, marcadores o puntajes en tabla. He aquí una recopilación de algunos de los mas grandes de la historia:
Marco Van Basten:
Oriundo de Utrecht, Holanda, Marco siempre cumplió con los requerimientos físicos de un jugador Cruyffiano: flaco, rodillas pandeadas, meniscos pegados uno con el otro, con una habilidad extra humana para combear, pegar de primera intención y entrometerse entre fuertes defensas para llegar a la portería contraria. Quizá el gol que más recuerdo de mi infancia sea aquel en contra de la URSS en la Euro de 1988 en Alemania, todo un reto a las leyes de la física. Su carrera estuvo cortada por una lesión que lo alejó de las canchas en 1993 y que confirmaría su retiro 2 años después, es muy probable que de haber jugado en este nuevo siglo su carrera hubiera sido mucho mas corta, pero los goles ahí estarían.
Garrincha:
Bien dice el dicho: “lo que no nos mata nos hace mas fuertes”, y pocas veces es tan claro el concepto como con Garrincha; tenía los tobillos 80 grados hacia adentro, una escoliosis deformante, su pierna izquierda era 6 cm mas pequeña que la derecha y además de eso la polio había destruido la posición natural de su cadera, en pocas palabras: nadie driblaba como él, nadie combeaba como el y nadie disfrutaba tanto del futbol como los que lo vieron jugar. Tocaba la guitarra, era mujeriego, bebía mas Kashaza que agua, su sobrenombre significa 'Ave del Paraíso' y ganó 2 copas del mundo, nada mal para alguien que era considerado por los médicos como “discapacitado”, sin sus excelsos servicios probablemente Pelé se hubiera llamado simplemente “Edson”.
Roberto Baggio:
Una tarde del Verano de 1994 en Pasadena California, Roberto Baggio hizo lo que no estaba acostumbrado a hacer en el peor momento posible, falló un penalty y le dio a Brasil su 4º copa del mundo, quizás muchos recuerden este difícil momento mas que todas las habilidades demostradas en su larga y prolífica carrera, además de poseer una estética impecable, Baggio tenía algo que los delanteros maquinados tienen y los artistas del gol no: velocidad, mucha, muchísima velocidad; otra virtud poco apreciada por las estadisticas era su compromiso con el equipo y su humildad con la que asistía a sus menos agraciados compañeros, como quedo demostrado en Italia 90 en donde hizo de Salvatore “Toto” Schillacci un campeón de goleo.
Una tarde del Verano de 1994 en Pasadena California, Roberto Baggio hizo lo que no estaba acostumbrado a hacer en el peor momento posible, falló un penalty y le dio a Brasil su 4º copa del mundo, quizás muchos recuerden este difícil momento mas que todas las habilidades demostradas en su larga y prolífica carrera, además de poseer una estética impecable, Baggio tenía algo que los delanteros maquinados tienen y los artistas del gol no: velocidad, mucha, muchísima velocidad; otra virtud poco apreciada por las estadisticas era su compromiso con el equipo y su humildad con la que asistía a sus menos agraciados compañeros, como quedo demostrado en Italia 90 en donde hizo de Salvatore “Toto” Schillacci un campeón de goleo.
Alfredo Di Stefano:
“La saeta rubia”, el primer campeón de Champions, el mejor de medio siglo de futbol, sus dotes, elegancia y virtudes de movimientos tácticos lo hicieron todo un artista del gol, su juego de piernas era psicológico, confundía a los defensas, encontraba espacios imposibles y llegaba a ellos con la calma y pompa de algún rey regresando de la batalla a los brazos de su reina. Nunca pudo materializar su talento en un mundial a pesar de haber jugado tanto para España como para Argentina; la historia se repite a 50 años de sus grandes hazañas, es probable que Lionel Messi jamás llegue a una final mundialista.
Zidenine Zidane:
El “enfant terrible” de la media cancha para adelante, aunque estadísticamente Just Fontaine es jugada a jugada el mejor ariete francés de todos los tiempos; la impecable, excelsa, soberbia y apasionada forma de ver el deporte de este Marsellés de raíces argelinas nos hace tenerlo siempre en un lugar de nuestros corazones. Sí, perdió la cabeza pero seamos sinceros, ¿Quién no lo haría con la petulancia e imbecilidad de Materazzi insultando a tu familia todo el partido? afortunadamente nadie lo recordará con el paso del tiempo; eso sí, cuando en 25 años vemos a un chaval jugando una cascarita con una casaca blanca y el numero 5 en la espalda, nos acordaremos de Zizou, por cierto, hay un documental con música de Mogwai y pura crema francesa, se los recomiendo.
Hugo Sánchez:
Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese, convertir un resbalón de espaldas a la portería en una forma de hacer gol es algo que pocos pueden decir haber inventado. 5 pichichis, un Ego del tamaño del universo y sin duda, el mejor jugador mexicano de todos los tiempos.
Histro Stoichkov:
Mientras nuestro pentapichichi asistía a Manuel Negrete en uno de los mejores goles de todos los tiempos, un pequeño muchacho observaba con coraje e impotencia el partido en la vieja ciudad de Sofía; su enojo se convirtió en motivación y 8 años después cobraría venganza con una carrera espectacular y un tiro sin angulación que dejo a Jorge Campos en el suelo con todo y su jersey sacado de una escuela de samba de tercera; su nombre: Histro Stoichkov.
De alguna manera Stoitchkov es el percusor del estilo moderno de juego del Barcelona, un equipo que a pesar de haber estado siempre en los primeros puestos surgía, vivía y moría a la sombra del Madrid. Su forma de contener la fuerza, los cambios de ritmo y el toque de pelota fueron establecidos por el búlgaro antes de que Xavi, Iniesta y Messi le rindieran homenaje con sus ilustres títulos en el siglo XXI.
Roger Milla:
La cuna de la civilización, la cuna de la buena música y el continente mas vapuleado del mundo, una perspectiva de habilidad y disfrute ganando sobre la permanencia y el manejo de resultados, dribbling sobre dribbling, velocidad, poder, la puntería que te da jugar descalzo los primeros años de tu vida y una amable sonrisa; Milla fue el primer embajador del otro Jogo Bonito, ese que se juega en África y que todo tipo de jugadores han seguido y materializado gracias a él y su longeva y prolífica carrera; una institución del buen fútbol hoy, mañana y siempre.
Diego Armando Maradona:
¿Qué más puedo decir que no se haya dicho?
Faltan muchos, y probablemente sigamos haciendo pequeñas listas, estaremos o no de acuerdo, ¿pero que acaso eso no es lo divertido? Cuales son tus artistas del gol? Abrazos apretados, paz en el centro ☺
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