Ignacio Trelles es sin duda el
mejor técnico en la historia del futbol mexicano: 1083 partidos dirigidos en
Primera División a lo largo de 40 años (1951-1991), siete títulos de liga
(53-54, 54-55, 57-58, 66-67, 67-68, 78-79 y 79-80) y dos mundiales (Chile 62 e Inglaterra 66), son algunos de
los muchos logros que consiguió durante su larguísima trayectoria en el
balompié profesional.
“Don Nacho” nació en Guadalajara el 31 de
julio de 1916 -en plena Revolución Mexicana-, a los nueve años, se trasladó al
Distrito Federal e inició su carrera futbolística en las reservas del Necaxa.
Fue parte del “Campeonísimo” de los años 30, aunque era reserva, y permaneció
con los “Electricistas” hasta 1943, cuando la franquicia desapareció.
Nacho Trelles, segundo de la fila de abajo.
De cara a la primera campaña profesional, la
43-44, Trelles emigró al América, con el que jugó un par de años. Estuvo en la
primera plantilla del Monterrey en 45-46, y, tras la desaparición del equipo
regio, emigró al incipiente futbol de Estados Unidos, jugando una temporada
para los Vikings de Chicago.
Regresó a México en 1947 para jugar con el
Atlante, pero meses después, el 11 de abril, tras un fuerte encontronazo con el
guardameta del Marte, Ángel “El Pulques” León, sufrió una grave fractura que lo
retiró del futbol activo.
Un año más tarde, después de una larga
recuperación que le permitió volver a caminar, “Don Nacho”, no resignado a
dejar el deporte de sus amores, tomó un curso de entrenador y, para 1950, fue
contratado para dirigir al Club Zacatepec, de la entonces naciente Segunda
División.
Con los “Cañeros”, iniciaría una carrera
impresionante, pues ese mismo año se coronó campeón de la segunda categoría,
consiguiendo, de cara a la 51-52, el ascenso al máximo circuito.
Tras dirigir un año en primera a Zacatepec y
dirigir al Cuautla de segunda, tomó las riendas del Marte en 53-54. Ese año,
con el apoyo del presidente municipal, Eduardo Díaz Garcilazo, el equipo
marciano se había mudado a Cuernavaca y armado un verdadero trabuco, en el que
destacaban hombres como el gran arquero peruano Eugenio “Mono” Arenaza, el
defensa Jorge Romo, el centrocampista Mario Ochoa y el cañonero español Carlos
Blanco; así como los delanteros Carlos Turcato (argentino), Mario “Flaco” Pérez
y Enrique González López (también argentino).
Sorprendiendo a propios y extraños, en una
etapa en que el entrenador nacional era ninguneado, Trelles se alzó con el
trofeo de campeón, repitiendo la hazaña al año siguiente, esta vez con
Zacatepec.
Tras conseguir un segundo título de liga con
los “Cañeros” en 57-58, y ser el maestro de hombres que en el futuro serían
magníficos técnicos como Raúl Cárdenas y José Antonio Roca, pasó al América
(61-64), donde pese a tener buenas temporadas nunca pudo alzarse con el trofeo
de campeón.
Cabe señalar que Trelles fue asistente del
español Antonio López Herranz en el mundial de Suecia 58, en el cuál México
consiguió su primer punto en copas del mundo. Más tarde, sería el responsable
del conjunto tricolor en los decorosos mundiales que tuvo la selección en Chile
62 (primera victoria contra
Checoslovaquia, 3-1) e Inglaterra 66 (dos empates y una derrota).
Ignacio Trelles sería posteriormente
bicampeón con el Toluca (66-67 y 67-68), dirigiendo un notable conjunto en el
que destacaban el arquero español Florentino López, el volante peruano Claudio
Lostanau, el implacable goleador brasileño Amaury Epaminondas y el histórico
Vicente Pereda, “El Diablo Mayor”.
Dirigiría sin mucho éxito al Puebla (72-75),
antes de llegar a Cruz Azul (76-83), logrando obtener con los celestes, sus
últimos dos campeonatos de liga (78-79 y 79-80).
Más tarde, “Don Nacho” entrenó al Atlante
(83-85), a Leones Negros (86-89) y al Puebla (90-91). También cabe señalar que
dirigió a la selección nacional en un total de tres etapas: 60-69, 76 y 91
(sustituyendo en algunos partidos a Manuel Lapuente).
Ya retirado de la actividad profesional,
“Don Nacho” se dedicó por muchos años a formar talentos en las fuerzas básicas
de Cruz Azul, camiseta con la que parece estar más identificado. Acaba de cumplir
100 años y no queda más que felicitar a esta gran leyenda de nuestro futbol y
desearle que su longeva vida siga siéndolo aún más.
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