Por: CHRISTIAN ESPINOSA FRAGOSO
La afición del Toluca se llenaba de regocijo en aquel Apertura 2003 cuando los Diablos Rojos humillaron al América al son de 6 goles contra cero. En los últimos minutos, con un América ya entregado con 5 tantos en la frente y un Toluca inspirado, fue Saturnino Cardozo quien firmó uno de los goles más bonitos en los últimos años. En esta ocasión no fue un remate espectacular, ni un tiro bombeado con vaselina; fue un contraataque sorprendente, perfecto, audaz, un gol elaborado al toque y con movimientos al espacio. Las águilas -sin idea- atacaron por derecha por medio del “Gringo” Castro quien después de enredarse perdió el balón, Vicente Sánchez le robó, tocó el esférico para que con una finta Cardozo la dejara correr, un alargue más y dejó tendido al zaguero azulcrema Ricardo Rojas, el ariete paraguayo combinó con Sinha, el brasileño naturalizado mexicano de taquito le regresó y después de una serie de toques de primera apareció el “Chiquis” García, quien mandó un tiro centro y Cardozo encontró la red. Fue así como se gestó este golazo, que sin duda es un GOL PARA RECORDAR…
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