Redacto estas líneas para usted como aficionado al fútbol, a los Reboceros de La Piedad, al fútbol mexicano en general y a la justicia deportiva.
Primero que nada, quiero dejar muy en claro que entiendo su
postura: Usted no es benefactor ni hermana de la caridad; usted es un
empresario y lo que busca generar en todos sus negocios es ganar dinero, yo no
tengo un problema con ello; lo que me causa conflicto son las formas y la
impunidad ante el verdadero asalto que cometió para con una afición, con una
ciudad.
No se preocupe, el texto está libre de cualquier comentario
negativo o peyorativo, aún y cuando la redacción imaginaria previa incluyera
dichos calificativos por docenas. Si no hay diálogo, no vale la pena intentar
expresarse.
El gran problema que tengo con los empresarios como usted,
que llegan a invertir al fútbol mexicano por amor al billete y no al juego, es
que de entrada están comenzando mal y hay algo básico que deben entender antes
de que la pelota ruede de su lado: La mejor forma de ganar dinero en el fútbol,
es darle a la gente el espectáculo que busca; hasta ahí me parece vamos en la
misma dirección, mas enfatizo: las formas están mal.
¿Sabía usted que sus queridos tiburones nunca han podido
subir de manera leal, deportiva a la Primera División? todos sus regresos están
marcados por compras de equipos y promociones, deje le refresco la memoria:
1964: Los
tiburones regresan ganando una promoción, pues se aumentó a 16 el número de
equipos de Primera División ese año.
1989: Los
Tiburones reaparecen en Primera tras comprar la franquicia del recién ascendido
Potros Neza (¿deja vú?).
Invierno 2001: La
Trinca Fresera abandona Irapuato para convertirse en los Tiburones Rojos.
Verano 2002: El
tiburón "original" regresa tras vencer a León en una promoción, de
nueva cuenta por aumento de equipos en Primera, esta vez a 20.
Clausura 2013:
Comprando el lugar del recién ascendido Reboceros.
La historia de los "ascensos" de Veracruz. Imagen enviada de manera anónima a nuestras redes sociales. |
Recuerdo sus declaraciones luego de la victoria en Neza: "La Piedad es de La Piedad, no tengo que
pensar ahorita en eso. Los muchachos se esforzaron y sería injusto quitarle a
la gente su equipo"[1]. ¿Acaso
su palabra no vale nada? Pero luego recuerdo que en Orizaba aún tiene muchas
cuentas pendientes y dinero del que no se sabe bien a dónde fue a dar; la
respuesta a esa pregunta se responde sola.
Tristemente, usted es uno más de esos adictos al dinero que
no les importa poner una liga de cabeza en pro de sus intereses. Comprar
franquicias es una deshonrosa tradición que -le juro- sólo pasa en este fútbol, en las ligas de primer nivel esto es algo impensable, absurdo, primitivo. En
México ha pasado desde 1970 y con resignación veo que este verano se revivió
esa horrible costumbre, tras 10 años de pensar que finalmente habíamos superado
ese actuar deshonroso (Si quiere conocer un poco más acerca del tema, lea este otro escrito que nos ha orillado a actualizar en unas semanas más con su último
negocio -y los otros que invlucran a Querétaro, Chiapas y San Luis-, ese que le tiene ya asegurado su lugar en el salón de la infamia).
Es más, a sus "amados" Reboceros ya habían sufrido algo similar hace 11 años: subieron para el Invierno 2001, fueron superlíderes en el
Verano 2002 y como premio se los llevaron a Querétaro. Pero algo me queda de
consuelo: la historia de todos esos equipos surgidos al vapor y comprando el
lugar de otro club terminan del mismo modo que aparecieron: vendidos al mejor
postor y mudándose, o cayendo en las garras del descenso. El fútbol tarde que
temprano repara las heridas y pone a cada quien en su lugar, que eso nunca se
le olvide.
Potros Neza (1989), Unión de Curtidores (1999) y La Piedad (2013), los campeones de Segunda que no llegaron a jugar a Primera. |
Por eso le sugiero -continuando con la idea del cuarto
párrafo- que, si va a inventir en el fútbol no lo haga con mentalidad de empresario; no
acertará. Visualícese como un aficionado que aprendió a querer y seguir unos
colores de toda la vida. Ganar aficionados es muy sencillo: invierta en fuerzas
básicas, busque jugadores de calidad, contagie con su actitud el cariño hacia
el equipo, no haga promesas que no cumplirá y que todo lo que gane sea en ese
campo verde delineado con cal; es la única forma honorable de conseguirlo. La trampa en
el deporte ultimadamente derivará en pérdidas económicas para usted.
Yo como aficionado seguiré consumiendo la Liga Mexicana si
en verdad se premia a los mejores y se castiga a los peores, si en la liga lo
deportivo se antepone a lo económico, si la liga respeta el lugar del que
asciende y obliga a jugar en segunda al descendido. Ustedes, aficionados al
dinero no han entendido aún que aquí se trata de ganar todos: ustedes inviertan
en el fútbol cancha, en el aspecto deportivo y en el espectáculo, y les aseguro
que tendrán muchas más ganancias que las actuales; pero su parquedad, su poca
visión a largo plazo y esa urgencia de "ganar ahorita lo que se
pueda" hace que sigamos hundidos en una mediocridad palpable cuyo círculo
vicioso cada vez ahorca y asfixia más al mismo producto que cada día les
resulta más difícil vender.
Otra imagen anónima |
Y por supuesto, el derecho de réplica está abierto en este
espacio para cualquier comentario que quiera hacernos.
Atte.
La Coordinación Gral. de Fútbol sin Compromisos
P.D.: Desconozco sus gustos musicales, pero de parte de toda
la afición michoacana que tontamente nos ilusionamos con el regreso del Derbi entre Monarcas y Reboceros para el Apertura 2013, le dedicamos
esta canción del grupo de rock mexicano Yokozuna:
[1] Diaro
ESTO, domingo 19 de mayo 2013, p. 14A.
Después de oírlo con lo del Veracruz-América y su amenaza de jugarlo a puerta cerrada si no le dejaban vender los boletos al costo que imponía, me da una pena que tipos como este barbajan estén en el negocio del fútbol. Una de las peores tragedias de Veracruz es que siempre vean el fútbol como una cuestión política donde los gobiernos locales utilizan la afición y el fervor del deporte como un aliciente electoral, como si se tratara de una despensa para chantajear los sentimientos del aficionado.
ResponderEliminarY la gente cae en el juego, que es lo más penoso del asunto. Y ya no sólo se conforma con robar lugares, ahora también le quiere robar a su afición desde la taquilla.
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