El Pachuca había ascendido por
vez primera al máximo circuito en la temporada 66-67. Seis años más tarde, al
final de la 72-73, el conjunto hidalguense descendió, padeciendo desde entonces
un largo destierro que no culminaría sino hasta casi veinte años después.
En el inter, los Tuzos perdieron tres finales: contra Irapuato en el 85, contra Cobras de Querétaro en el 86 y contra el Atlante (tras una dramática serie de penales) en 1991. La angustia de los hidalguenses era grande y parecía una misión imposible volver a estar dentro de la élite del futbol nacional.
Sin
embargo, el Pachuca, gracias a elementos como el arquero Rolando Soto, los
defensas Juan Lino, Orlando Segura y Roberto Sandoval, así como el volante
Manuel Padilla y los goleadores Efrén Meza y José Luis González, lograron hacer
una campaña espectacular, siendo superlíderes de principio a fin de la
temporada 91-92, obteniendo 11 puntos de ventaja sobre el segundo lugar, el
Irapuato.
En cuartos de final, los hidalguenses
superaron con facilidad al Bachilleres (filial de la U de G), 0-0 y 2-0, en
semifinales enfrentaron al Inter de Tijuana y, pese a perder en la ida 1-0, en el
Estadio Revolución (aún no se construía el Hidalgo), lograron vencer a los
fronterizos 2-0, quedándose con el pase al juego definitivo.
La final tendrían que jugarla contra otro
conjunto histórico de nuestro futbol, el Zacatepec, que a su vez, para llegar a
estas instancias, había superado a los Pioneros de Cancún (0-0 y 2-0) y al
Irapuato (3-1 y 0-0).
El juego de ida, celebrado en “La Selva
Cañera”, acabó 2-1 para los locales, por lo que las cosas se complicaban para
los Tuzos.
El encuentro de vuelta se celebró el 14
de junio de 1992 en el Estadio Revolución. Tras noventa minutos de juego
peleado y ríspido, Pachuca logró, gracias a un gol de Roberto Sandoval, igualar
el marcador global a dos tantos. En el tiempo extra el marcador no se movió,
por lo que se tuvo que llegar a la última estancia definitoria: los penales.
Tras una serie de infarto, con el marcador
igualado a 10, Manuel Padilla se acercó al punto penal con la encomienda de
darle la ventaja a los hidalguenses, la pelota entró, por lo que la
responsabilidad recayó en el arquero Rolando Soto, quien debía atajar el
siguiente tiro para dar por terminado el juego.
Jaime
“Turbo” Ríos, tres veces campeón de goleo en Segunda División, tomó el balón y
disparó en dirección a la portería, pero una gran atajada de Soto evitó que el
balón entrara, consiguiendo así, que Pachuca volviera a la Primera División.
Estas fueron las alineaciones del encuentro
decisivo:
PACHUCA:
Rolando Soto; Juan Lino,
Alejandro Tejeda, Roberto Sandoval y Eduardo Saldaña; Orlando Segura, Alejandro
Bravo y Manuel Padilla; Jesús Ortega, Efrén Meza y José Luis González. Director
Técnico: Benjamín Fal
ZACATEPEC:
Antonio Gómez Luna; Juan
Salas, César Núñez, Genaro Torres y Rolando Borja; Manuel Virchis, José Luis
González, Manuel Castrejón y Julio Colín; Jaime “Turbo” Ríos y Apolinar Cortés.
Director Técnico: Diego Malta
Buena historia de los Tuzos, en ese entonces era muy pequeño pero ya cuando estaba y jugaban en el Hidalgo me llevaba mi Padre., gracias!
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