La historia del Club Pachuca
es sumamente larga y azarosa. Fue uno de los fundadores de la primera liga
organizada de futbol en México en 1902 con el nombre de Pachuca Athletic Club.
Ganó dos campeonatos en 1905 y 1918. Posteriormente, el equipo se desmanteló
después del Torneo del Centenario (1921) y no reaparecería hasta 1950, cuando
fue creada la Segunda División.
Los Tuzos llegaron al máximo circuito por primera vez en la era profesional, en 1967. Permanecieron ahí hasta 1973, en que se consumó su primer descenso. Después, vinieron 19 largos años de peregrinaje, en los cuales incluso jugaron en la Segunda “B” durante la temporada 87-88. Tras perder tres finales por el ascenso (85, 86 y 91 ante Irapuato, Cobras y Atlante, respectivamente), consiguieron regresar a primera en 91-92, tras superar por penales a otra franquicia histórica, el Zacatepec.
Poco les duro el gusto a los Tuzos y, apenas
inagurado el Estadio Hidalgo, cayeron otra vez a segunda al final de la temporada
92-93.
Fueron uno de los quince fundadores de la
Primera “A” y, con un equipo memorable que incluía al portero boliviano Carlos
Trucco y al mundialista costarricense Hernán Medford, eran super favoritos para
conseguir el ascenso, pero sorpresivamente, el Atlético Celaya los venció en la
final con gol del brasileño Amarildo Soarez.
Para la temporada 95-96, tomo el equipo
Jesús Martínez Patiño y, con casi el mismo impresionante plantel del año
anterior -más la adición del argentino Lorenzo Sáez-, Pachuca, ahora sí, tras
superar en la final a los Gallos de Hermosillo, consiguió regresar a Primera
División.
Pachuca no se rindió e intentó volver al
máximo circuito de manera inmediata, cosa que consiguieron tras superar a
Tigrillos en la final por el ascenso en la temporada 97-98.
Esta vez, los Tuzos, bajo el mando de
Javier “Vasco” Aguirre, lograron salvar la categoría y mandar al descenso al
Puebla. Para la temporada siguiente, el Invierno 99, los planes eran ambiciosos
y, con elementos de la talla del arquero Ignacio González (seleccionado
argentino); los defensas Alberto Rodríguez, Manuel Vidrio, Pablo Hernández
Roetti (uruguayo) y Octavio Valdez; los experimentados Alfonso Sosa, Marcelino
Bernal y Benjamín Galindo en el mediocampo, así como los pamperos Gabriel
Caballero, Pablo Hernán Gómez (tristemente fallecido) y Alejandro “Hueso”
Glaría en el ataque, se conformó un plantel interesante, del cual, a pesar de
todo, no se esperaba más que fuera exitoso en evitar el descenso de Pachuca una
vez más.
Los hidalguenses terminaron la temporada
regular en una decorosa séptima posición, pero por haber sido terceros en su grupo,
debieron jugar el repechaje ante Morelia. De una manera por demás angustiosa,
con un gol de último minuto de Marcelino Bernal, los hidalguenses lograron empatar 4-4
el marcador global (2-4 y 2-0), para acceder, por primera vez, a una liguilla.
En cuartos de final enfrentaron al
poderosísimo Toluca, campeón del torneo anterior. Para sorpresa de propios y
extraños, los Tuzos superaron a los Diablos 1-0 en Pachuca y lograron empatar a
2 en Toluca, lo que les garantizó el acceso a la semifinal.
El Atlas llegaba como superlíder y era el
favorito para conseguir el título, pero en el Estadio Hidalgo, Pachuca lo
superó por dos goles y en la vuelta, en el Estadio Jalisco, los rojinegros sólo
pudieron descontar una anotación.
A pesar de estos acontecimientos, en la gran
final, Cruz Azul, con sus grandes estrellas Mauro Camoranesi, Diego Latorre y
Ángel “Matute” Morales, era considerado amplio favorito. La ida pareció
confirmar el pronóstico, pues los Tuzos no pudieron sacar ventaja en su casa y
debieron conformarse con un empate 2-2 (dos de Glaría por los locales, Pinheiro
y Reséndiz por los visitantes).
El juego de vuelta se jugó en el Estadio
Azul el 19 de diciembre de 1999. Pese a la supuesta superioridad capitalina, el
duelo fue cerrado y ríspido. Pasaron los 90 minutos de tiempo regular y el
marcador no se movió. Apenas deba inicio el tiempo extra (en ese entonces había
Gol de Oro), cuando Alejandro Glaría recibió un centro procedente de la banda
derecha y, aunque con dificultad, alcanzó a rematarlo con las partes nobles. El
milagro se hizo y, para sorpresa de propios y extraños, Pachuca se coronó
campeón del futbol profesional por primera vez.
Éstas fueron las alineaciones
en aquel partido:
CRUZ AZUL:
Óscar “Conejo” Pérez;
Guadalupe Castañeda, Francisco Gabriel De Anda, Juan Reynoso y Omar Rodríguez;
Luis Francisco García (Carlos Barra), Joaquín Moreno, Ángel “Matute” Morales
(Julio César Pinheiro) y Mauro Camoranesi; Diego Latorre y Francisco Palencia.
Entrenador: Luis Fernando Tena
PACHUCA:
Ignacio Gónzalez; Alberto
Rodríguez, Manuel Vidrio, Pablo Hernández Roetti y Octavio Valdez; Alfonso Sosa
(José Juan Hernández), Marcelino Bernal, Cesáreo Victorino y Gabriel Caballero
(Marco Garcés); Pablo Hernán Gómez y Gerardo Mascareño (Alejandro Glaría).
Entrenador: Javier Aguirre.
Para muchos, por cierto, esta final perdida fue el inicio de la maldición del Cruz Azul.
No hay comentarios:
Publicar un comentario