A manera de celebración, decidimos abrir un espacio en nuestro blog para que ustedes lo construyeran, compartiéndonos cómo fue la primera vez que ustedes acudieron a un estadio de fútbol. Por lo general es una experiencia única, emocionante y que marca en lo sucesivo la pasión por el juego e incluso por algunos colores. A continuación les presentamos las mejores 10 anécdotas que recibimos. ¡Gracias a todos por participar, y felices fiestas para todos!
J. F. Santoyo: Tendría yo 5 años cuando fui por primera vez al estadio; mi papá solía ponerse a ver conmigo el fut desde muy chico, y yo le decía que quería ir a un partido como los de la tele. Fue un sábado en la noche en el Estadio Azteca, en 1989, cuando Cruz Azul aún era local ahí, ante el cuadro de Correcaminos. No recuerdo mucho, a decir verdad, son más bien borrosos los flashazos de aquella vez: me asombró el tamaño del estadio y la cantidad de autobuses estacionados, no comprendí en ese momento porqué la gente abucheaba a los jugadores de naranja, porqué mi papá se la pasaba insultando al entrenador local (Mario Velarde, q.e.p.d.) ni tampoco por qué se enojaron cuando uno de los jugadores de Correcaminos (René Mendieta) metió 2 goles con los que la UAT ganó. No sería sino hasta tiempo después cuando entendí muchas cosas que en aquel momento pasaba por alto, y ahora es un recuerdo que atesoro con mucho cariño, aun cuando no me volví aficionado ni de la máquina ni del "corre".
Enrique Guerrero: A mí de niño nunca me llamó la atención el fútbol, lo jugaba pero casi nunca lo veía. sin embargo, un día unos tíos me invitaron a un partido, y acepté ir. El encuentro fue en el estadio Azteca: era la final entre el Necaxa y el Celaya. Ver al Azteca abarrotado, con miles de banderas, con todas las porras cantando y con jugadores como Aspe, Herrera, Zárate; Butrageño, Tiba y Zambrano en la cancha descubrí la belleza del juego. Encima me tocó ver premiación y entrega de trofeo, pues aún más me gustó el asunto. Con el tiempo la corrupción y las trampas me han alejado de nuevo, pero gracias a esa primera visita a un estadio puedo decir que si de algún equipo me puedo llamar "fan", es de los Rayos.
Francisco Santoyo V.: Yo creo que fue en 1961, cuando en Morelia ni siquiera había estadios con cemento; eran aún de madera, con vigas como tribuna (no recuerdo ahorita el nombre). Fue un partido contra el "campeonísimo" Chivas, y recuerdo que desde ahí quise mucho a los Canarios y detesté al Rebaño: si bien se dice mucho que el América fue un equipo beneficiado por los árbitros, muchos que vivimos la época nos consta que las "Chivas" imparables también lo eran por decreto federativo: un disparo que iba a gol por parte de los locales fue sacado con las manos de manera flagrante por "Chava" Reyes, y el árbitro no marcó nada; lo mismo con otro disparo que el "Bigotón" Jasso sacó aventándose como portero. Desde entonces el fútbol mexicano estaba ya muy corrupto.
Javier Martínez M.: Mi primer partido fue en C.U., en 1992 (creo), fue un partido en el que Pumas empató con Atlas. No recuerdo bien mucho del encuentro, estaba muy pequeño (tendría 4, 5 años) pero sí se que ese día debutó el que después sería mi portero favorito y héroe: Oswaldo Sánchez. Soy Puma, pero siempre he admirado a "San Oswaldo" y he seguido muy de cerca su carrera, y todo gracias a esa primera vez en el palomar de Ciudad Universitaria.
Emma Ortega: Yo no voy a mentir: mi primer partido fue ahora en la última liguilla, en la que Chivas cayó en casa con Toluca 1-2. Yo no tengo equipo como tal (me caen bien los Pumas, pero tampoco los sigo mucho) y por eso, como iba con mi novio (y él es Chiva) decidí apoyar al Toluca, pero no me gustó como juegan. A mi novio no le pareció divertido al principio, pero ya después tuvo que soportar mis bromas :)
Julián González: Mi primer partido fue el Neza 86, en un encuentro que ganó Neza 2-1 a Morelia en el Verano 1998. No soy de ahí, pero visitábamos a unos tíos, y aprovechamos para ir a ver al Morelia, equipo de mis simpatías pero que nunca había podido ver en vivo. Fue triste que perdieran pero al mismo tiempo sentí cierta simpatía por los Toros (me tocó ver de frente un planchazo de Miguel Herrera sobre Daniel Deeke que el árbitro sólo marcó como falta), y me sentí muy triste cuando descendieron.
Baruc Hernández: Mi primera vez en un estadio fue un partido de la Selección, cuando empatamos a 3 con Costa Rica. Estaba aún "Bora" y recuerdo que, como ya habíamos calificado al mundial del 98, los boletos tenían mensajes de agradecimiento para la afición. Ese partido comenzó muy bien para México, pero increíblemente nos empató a 3 el cuadro tico, el último un golazo de Jafet Soto que Oswaldo Sánchez midió mal (yo estaba detrás de esa portería), y aunque me dolió que le empataran a México, ese fue un golazo que me emocionó y la fecha recuerdo con claridad.
José Javier García: ¿Mi primer partido? Cruz Azul 3-0 River Plate en el Estadio Azteca. Yo le voy a Santos, pero como casi todos los mexicanos adoptamos la playera celeste en esa gran Copa Libertadores que tuvieron. Yo era de los que en los goles les aventé de todo a la porra del América que apoyaba a los argentinos, y aunque nunca me he considerado villamelón, grité como pocas veces los goles de otro equipo que no son mis guerreros.
Alex Morales Osuna: Mi primer partido fue uno entre Gremio y América en 1998, la primera vez que equipos mexicanos jugaron una Copa Libertadores. Esa vez las águilas perdieron 2-1 pero me gustó el equipo y la forma de jugar, por lo que a la fecha son americanista de hueso colorado. Lo único que no me gustó es que de arriba alguien me aventó un refresco y pasé los últimos 10 minutos empapado y apestando a soda, pero bueno, es parte del folklor en las tribunas.
Marisol Nuñez: Como viví mucho tiempo en una ciudad que no tiene fut (Oaxaca), yo hasta hace poco fui al estadio, y fue el partido en el que Tecos se despidió de la Primera División, empatando a 1 con los Gallos de Querétaro. Como iba con mi -entonces- novio, me la pasé jugando con él, escondiéndole su cerveza y apoyando a Gallos (su papá fue maestro de la UAG, por eso él le va a los Estudiantes), aunque al final si fue triste verlo casi con lágrimas, pues como me dijo "no se si algún día vayan a regresar". Al final me regalaron una playera de Tecos en uno de los stands de publicidad, y la tengo guardada con otros regalos a los que les tengo cariño y me traen buenos recuerdos.
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