Por: Christian Espinosa Fragoso
Con el rostro incrédulo y lleno de preocupación se fue la afición que acudió al Azteca tras el empate a cero de México frente al enemigo número uno de la zona, los Estados Unidos; cuestionamientos sobran, las rechiflas se escuchan, culpables abundan... no obstante, tras ver esta crisis de resultados del Tricolor puedo indicar que la selección azteca carece de ideas para atacar, carece de chispa y de fuerza mental para manejar la presión que significa jugar para una selección que tras resultados favorables quiere verse sólo en lo alto.
¿Por qué preocupa el TRI?
Más allá de amanecer quintos en la clasificación hexagonal de la CONCACAF, de los tres empates, de la paupérrima exhibición ante Jamaica, el agridulce sabor de perder la ventaja con los Hondureños y de no poder vencer a los estadounidenses en el pletórico Estadio Azteca, a este TRI, que no sólo es el del "Chepo" ni el de Justino ni el de Decio, a nuestro Tricolor le faltan ideas, le faltan argumentos para atacar e hilvanar jugadas de peligro, jugadas que terminen en un disparo a puerta o en su defecto que compliquen sustancialmente la zaga de los contrarios.
El empate de ayer hubiese tenido otra lectura si realmente México hubiese arrollado con situaciones de gol a los americanos, las opciones de peligro fueron generadas a cuenta gotas por la falta de precisión en los pases; si nos remontamos al partido vs Jamaica pasa lo mismo, toques inciertos, servicios a profundidad que o quedan cortos o se van largos. No hay sintonía entre el medio campo y el "Chicharito", pica a primer poste y le tiran la esférica a segundo, fueras de lugar constantes que reflejan lo falto que está el combinado mexicano de un entendimiento entre líneas.
Presumimos de tener un gran equipo, con jugadores europeos, de una fusión generacional única en la historia, y en efecto, contamos con jugadores probados y de muy buenas hechuras, no obstante, a mi juicio carecemos hoy día de un creativo que teja los hilos del partido, que orqueste los ataques, que le ponga ese toque brillante a la última jugada, si pensamos que Giovanni Dos Santos va a tomar esa responsabilidad estamos equivocados, el ahora jugador del Mallorca es un jugador desequilibrante que brilla por los costados, que encara, que por medio de su potencia de piernas y técnica individual genera peligro y profundidad, más no es el armador, ni el creativo que se requiere. Se dice en las críticas que al Chepo le faltan variantes, que fue muy timorato, pero por qué lo decimos, si durante toda su carrera ha estado más que amarrado con su estilo de juego; jamás cambia la línea de 4 y siempre usa a sus volantes como bujías de ataque, a sus dos contenciones para equilibrar y en la parte de arriba es donde alterna o dos delanteros nominales, o como es lo habitual en él: un media punta y un eje de ataque clavado. Le pedimos manzanas a un pino que no las da, que tiene su esquema bien estructurado y difícilmente se va a salir.
Tiempo, el mejor aliado.
Dentro de estos sinsabores que nos deja el representativo mexicano, la selección cuenta con el factor tiempo como aliado. La eliminatoria entra en un receso considerable, donde no sólo el Chepo -a quien lo responsabilizamos en mayor porcentaje- debe ser autocrítico; cuerpo técnico y jugadores deben trabajar y encontrar estrategias y movimientos de ataque mejor elaborados, porque parece que secan las ideas, y se nublan los conceptos. En la parte defensiva no creo que haya problema alguno, por el contrario, hay beneplácito al tener a dos guardametas confiables y centrales de gran categoría, una pequeña duda en la lateral derecha pero que no preocupa de más. Lo que sí es una realidad es que México no juega bien, no entrega bien la pelota, no luce, no inspira confianza, no genera expectativas constantes de gol y eso preocupa -en lo personal más que los tres raquíticos puntos que tiene en la bolsa al momento.
Quién diría que cuatro meses después de esta columna todavía el Tri hubiera podido desmoronarse más. La selección se cae a pedazos, sí, sé lo melodrámatico que pueda leerse, pero en verdad es que desde la era Meza no veía un conjunto con tal confusión de ideas y tan nula desmostración futbolística; siquiera han podido explotar su histórica fortaleza llamada Estadio Azteca, aquel que desde la ceremonia protocolaría de los himnos -una idiotez de la FIFA en mi opinión- ya ibas ganando 1-0, no, ahora esta selección sale más temerosa en su estadio que el propio rival.
ResponderEliminarLo que han sido las selecciones de Meza, Eriksson y esta del "Chepo" me parecen las más débiles qu he visto jugar.
EliminarLa diferencia es que a Meza y Eriksson los cepillaron a los meses de tomar el puesto, cuando vieron que no tenían capacidad de reacción pesé que todavía tenían más de la mitad del camino por recorrer. Lo que ha salvado al 'Chepo' es la Copa Oro anterior y la medalla de oro, y creo que a estás alturas es lo que lo mantendrá contra viento y marea en el banquillo ya que es claro que no darán ese paso ni aunque México no coseche los tres puntos contra Honduras en septiembre. Ahora sí cualquier equipo que se le pare con algo de orden es un crucigrama y lo peor es que ni José Manuel de la Torre ni su séquito se da cuenta -o no quiere darse cuenta- que su fórmula está desgastada, hasta proyecta temor a modificar.
ResponderEliminarTambién hay que comentar algo en descargo del DT: simplemente no tiene jugadores con liderazgo esos que con su presencia y con un grito te ordenen en el campo. Es un conjunto de seleccionados sin personalidad. Viendo hace pocos capsulas del recuerdo de aquella selección del '93, es contrastante la diferencia.