Con el triunfo y la obtención de un nuevo campeonato mundial por parte de la selección Sub-17 México vuelve a soñar; pero si nos sentamos a pensar y analizar a profundidad nos daremos cuenta de que es un sueño que no tiene rumbo; es cierto que tenemos una selección competitiva, la mejor del mundo en su categoría, pero ¿Cuánto durará esto? Todos recordamos la final de México vs Brasil del año 2005, cuando grandes figuras se dieron a conocer: Tuvimos en Carlos Vela al goleador del torneo, a Giovanni Dos Santos como balón de oro –que lo acredita como el mejor jugador de TODO el certamen- ¿Y qué pasó con estos jugadores que tanto nos hicieron soñar? Tanto los inflaron las televisoras (y la misma afición, que pensó que en ellos residía la clave para al fin romper todas las ataduras, paradigmas y derrotismos que nos han acompañado a lo largo de la historia del fútbol mexicano) que terminaron por no saber manejar la presión y se convirtieron en simples jugadores mediocres, Vela era la GRAN promesa del fútbol mexicano, ¿Y qué paso con él? ¿Qué fue lo que hicieron mal?
Voy a usar una alegoría para dejar más claro este punto: veamos a la Sub-17 como niños recién nacidos; un niño residenciado no tiene maldad ni bondad, más bien hace lo que tiene que hacer… así es un jugador Sub-17, no tiene malicia, no tiene malos hábitos, ve el fútbol como algo divertido, como un juego con el que quiere y puede dar satisfacción a sus familiares y a su país; tienen hambre y sed de triunfo –que no es sinónimo de tener hambre de fama-, no ganan en dólares, no andan con artistas ni los ves con la mejor ropa del momento… son solamente niños que juegan y no se preocupan por salir en revistas o volverse el centro de atención del fútbol mexicano; es ahora cuando debemos arropar a esos niños, educarlos bien, e incluso si es posible sacarlos de México, llevarlos a Europa a que tengan entrenamientos fuertes y transformen sus cuerpos de niños en los de jugadores profesionales de fútbol, en atletas; no queremos que se transformen en artistas o vedettes, es ahora cuando tenemos la oportunidad de formar 18, 20 o 23 jugadores con coraje y calidad, no desperdiciemos la gran materia prima que tenemos proyectada a futuro, no a corto plazo.
Me parece que es hora de exportar jugadores a todo el mundo y tener una selección de 22 estrellas que juegan en los equipos más importantes de Europa, es hora de mandar a la Vergara a los directivos y exigirles a nuestros jugadores que sean profesionales integrales. Sé que no es fácil dejar tu país y dejar sueldos millonarios por mejorar tu nivel futbolístico; es difícil cuando ya viviste el fruto de jugar en el América y andar con la protagonista de la comedia del canal 2; pero es fácil cuando se tiene 17 años y no se conoce el exceso ni el vicio ni la fama con contratos millonarios y salir a divertirte a los mejores y más exclusivos bares, es momento de sacar a estos niños de la mafia del fútbol mexicano; no es una crítica, solamente es un aviso para todos nosotros, mexicanos: se ha realizado una gran hazaña en materia deportiva , pero no por ello sus realizadores son héroes, aún les falta mucho por madurar y lo que pido es que la Federación, los equipos grandes en México y sobre todo las televisoras no los echen a perder, no son nadie para cortarle las piernas a estos jugadores y permitir que se vuelvan mediocres como Vela y esa Selección Sub-17 que nos hizo soñar hace 6 años, ¿Dónde están esos jugadores que nos dieron tanta felicidad y tantos sueños? ¡Claro! están haciendo el ridículo con la Sub-22 en la Copa América, están aun recordando y viviendo del éxito del 2005 -éxito pasado-, estos jóvenes deben olvidar lo que ocurrió el domingo anterior y enfocarse en lo que viene: nuevas metas, nuevos sueños y no vivir de glorias pasadas que Televisa y Tv Azteca recuerdan para vender sus comerciales en TV.
Es hora de que la Federación haga algo, ojalá los mande a Europa –aunque sea a préstamo-, es hora de que la Femexfut, las televisoras y los dueños de nuestro fútbol piensen en él deporte como máxima prioridad, y caigan en la cuenta de que la satisfacción y orgullo de un pueblo es la mejor forma de mantener sus ganancias niveladas. Ya bastante hemos perdido y nos hemos atrasado por esa actitud mezquina de buscar el dinero nada más, que provoca el meter a un parásito como el “Bofo” Bautista en un partido decisivo de un Mundial -y cagarse en todo un país-.
El fútbol es más que un simple negocio: es lo que alimenta a muchos mexicanos, es lo que nos hace soñar y ponernos al tú por tú con el mundo, nos hace olvidar –al menos por 90 minutos- los problemas de nuestro país; así que lo único que pedimos es que no arruinen a estos chamacos, como arruinan todo lo que cae en sus manos.
Estoy de acuerdo con varias de sus opiniones y su nota me motivo a escribir desde el otro lado de la moneda, espero no les moleste ni lo vean como un desafio, solamente es una colaboracion mas al lado de ustedes
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