Eran los cuartos de final de la Copa América de Ecuador 1993, Perú enfrentaba a un sorprendente cuadro mexicano que comenzaba a causar sensación en el sur de América. Los peruanos eran favoritos, ya que pocos creían en el Tri -quien fue invitado por primera vez por la Conmebol para una de sus competiciones-, lo cual marcó un “parte aguas” en la historia de la Selección Mexicana.
México inició aquel partido a tambor batiente; al minuto 22 Alberto García Aspe marcó de penal. Posteriormente, México con categoría se adueñó del juego y al 43 del tiempo corrido nos dio uno de los goles más hermosos en la historia de nuestro amado Tricolor; pasando media cancha el “Maestro” Galindo metió un pase preciso a las espaldas de la defensa inca, Zague controló con el pecho con una gran técnica, y de repente sin pensar y con una especie de tijera empalmó el esférico para hacer un gol memorable, un gol para recordar.
En aquel cotejo, García Aspe volvió a marcar y David Patiño puso un 4-0 que parecía definitivo, sin embargo el seleccionado peruano se acercó primero con un penal y al 82 el legendario central ex de Cruz Azul, Juan Reynoso puso el 4-2 definitivo. Aquel partido también se recuerda por una atajada soberbia de Jorge Campos tras un tiro libre que iba al ángulo.
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