El TM Gallos Blancos es un equipo que, pese a que ni siquiera completó un año en Primera División, sigue en la memoria de los aficionados al fútbol. No por sus buenos resultados, precisamente, sino al contrario, fue famoso por llevarse goleadas inclementes, por su pintoresco uniforme y por haber cambiado de nombre y sede poco antes del final de la primera vuelta de la temporada 94-95.
¿Pero cómo surgió este equipo?
Al final de la 89-90, Tampico Madero desapareció, convirtiéndose en Querétaro, sin embargo, un año más tarde, Antonio Peláez Pier compró al Atlético Potosino (entonces de Segunda División) y revivió a los “Jaibos”.
En la 92-93 llegaron a la final por el ascenso, sin embargo, cayeron ante la Universidad Tecnológica de Neza (0-1 y 0-0). De cara a la 93-94, reforzados por hombres de la calidad del veterano Sergio Lira y el goleador panameño René Mendieta, formaron un equipo muy poderoso y, de la mano del José Camacho, lograron superar a Irapuato en la serie decisiva para llegar a Primera División (1-2 y 3-1).
Ya en primera no siguieron hombres importantes como Lira y Ray Rodríguez, y llegaron muchos “refuerzos” (en su mayoría jugadores veteranos o desechados por otros equipos).
El regreso del Tampico Madero se consumó el 4 de septiembre, en Toluca, cayendo ante los Diablos Rojos 3-0. Aquí su alineación:
Héctor Quintero; Álvaro Torres, Claudio Úbeda, René Isidoro García y Tomás Cruz; Salvador Vaca (fue figura del Celaya), Alex Domínguez (viejo ídolo americanista) Gerardo Silva y Guillermo “Choque” Galindo (Carlos “Abuelito” Hernández -hermano del “Matador“-); René Mendieta y Rubén Martínez (Héctor del Ángel). Su director técnico seguía siendo Pepe Camacho.
Poco antes de que finalizara la primera vuelta, el dueño del Tampico Madero, Antonio Peláez Pier, tuvo severas diferencias con el municipio, que lo acusó de no pagar el arrendamiento del Estadio Tamaulipas. Vinieron los sellos de clausura y, para no dejar al equipo sin un sitio donde jugar, Peláez se llevó la franquicia a Querétaro (cuyo equipo original había descendido el año anterior).
De cara a la fecha 16, el Tampico Madero enfrentaría al América con un triple cambio: de sede, de nombre -fue rebautizado “TM Gallos Blancos”- y de entrenador, Pepe Camacho dejó su lugar a Juan de Dios Castillo.
El inicio de la nueva franquicia no podría haber sido peor, pues las Águilas de Beenhakker remontaron una desventaja inicial de dos goles y terminaron aplastando a los Gallos Blancos 8 goles a 2. Después de eso, todo fue cuesta abajo. Ni la llegada de jugadores como el seleccionado salvadoreño Mauricio Cienfuegos, el defensa peruano Álvaro Barco y el atacante brasileño Luis da Silva pudieron hacer mucho por el equipo, ahora queretano.
Faltando cinco partidos para acabar la temporada, tras perder con Chivas 1-0, se consumó su descenso.
TM Gallos Blancos se despidió formalmente el 7 de mayo de 1995, ¡venciendo 3-2 al Necaxa en el Estadio Azteca! Esta fue su alineación:
Héctor Quintero; Óscar Torres, Álvaro Barco, Guillermo Aranda y Arturo Chávez (salió fracturado, lo sustituyó Claudio Úbeda); Salvador Vaca, Alex Domínguez, Gerardo Silva y Marcelino Pérez (René Isidoro García); René Mendieta y Mauricio Cienfuegos.
El último gol de la franquicia lo anotó René Mendieta (primer panameño en jugar en México).
Ya en la Primera “A”, la franquicia dejó de llamarse “TM” para simplemente denominarse “Gallos Blancos”. Otra vez, los problemas económicos hicieron mella y, como repetición del año anterior, el equipo cambió de sede a media campaña. Esta vez, los emplumados se marcharon a Hermosillo, Sonora. En esta ocasión la mudanza resultó benéfica y, comandados por Alex Domínguez, lograron llegar a la final por el ascenso. Tras perderla con el Pachuca (1-2 y 1-2), el equipo se desintegró.
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Este equipo simboliza todo lo pintorescamente incorrecto que puede llegar a ser nuestro primitivo fútbol mexicano. Me caían muy bien, tenía incluso un balón autografiado por ellos.
ResponderEliminarUn equipo que encarna todo lo burdo, improvisado e incoherente que puede a llegar a ser nuestro fútbol. Pero, ¿cuánto de nuestra sociedad se refleja en esta liga?
ResponderEliminarYo concuerdo con quienes dicen que la liga de fútbol es un espejo que refleja las formas y los métodos de cada sociedad. Tan corrupto es nuestro fútbol como nuestra política; tan devoto es el aficionado como lo es el guadalupano; tan receloso y orgullo de su Selección como de su himno y su bandera; tan olvidado e indiferente de sus marginados y minorías como de las divisiones inferiores (las cuales son, en ambos casos, mayoría)...
EliminarCreo que en ninguna liga se puede reflejar tanto los vicios de una sociedad como en la liga mexicana, de hecho me atrevo decir que lo difícil es encontrar las virtudes del mexicano en ella.
EliminarLas hay, son pocas pero las hay. Un ejemplo: la forma en la que los equipos se unen ante desgracias es la misma en la que muchos mexicanos actuamos.
EliminarPinche equipo mediocre siempre fue goleado jajaja
ResponderEliminarfue algo inverosímil, el q un equipo de una jornada a otra cambiará de nombre y sede, solo pasa eso en Mexico
ResponderEliminarLes falto comentar, para seguir con lo inverosimil. El partido contra pumas de la jonrada 36, campos les anota de penal su unico gol como portero y el portero de gallos va a festejar con el propio campos que le metio el penal.
ResponderEliminarQue tan sonado fue que en ese entonces yo tenía 8 años y se me quedó muy grabado porque se me hacía muy curioso que un equipo tuviera el nombre de dos ciudades vecinas, pero de un mismo estado "TM" (Tampico-Madero) y que jugara en otro con el mote de esa otro representativo, además por supuesto de la playera con el gallo enorme y el escudo
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